Trastornos de la conducta alimentaria: 3 tipos comunes y sus síntomas

Aunque la palabra “alimentaria” se explica por sí misma, los trastornos de la conducta alimentaria son más que la comida. Son trastornos de salud mental complejos que a menudo requieren la intervención de médicos y psicólogos especializados para alterar su curso.

Tan solo en Estados Unidos, se estima que 20 millones de mujeres y 10 millones de hombres tienen o han tenido algún trastorno alimenticio en algún momento de sus vidas.

En este artículo describimos seis de los tipos más comunes de trastornos de la conducta alimentaria y sus síntomas.

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¿Qué son los tratornos de conducta alimentaria?

Los trastornos de la conducta alimentaria son una serie de trastornos psicológicos que causan el desarrollo de hábitos alimenticios poco saludables. Podrían comenzar con una obsesión con la comida, el peso corporal o la forma del cuerpo.

En casos graves, los trastornos de la alimentación pueden causar graves consecuencias para la salud, e incluso pueden provocar la muerte si no se tratan.

Las personas con trastornos de la conducta alimentaria pueden tener una variedad de síntomas. Sin embargo, la mayoría incluye la restricción severa de alimentos, atracones de comida o conductas de purga como vómitos o exceso de ejercicio.

Aunque los trastornos de la conducta alimentaria pueden afectar a personas de cualquier género en cualquier etapa de la vida, son más frecuentes en adolescentes y mujeres jóvenes. De hecho, hasta el 13 por ciento de los jóvenes pueden experimentar al menos un trastorno alimenticio antes de los 20 años.

¿Qué los causa tratornos de conducta alimentaria?

Los expertos consideran que los trastornos de la conducta alimentaria pueden ser causados por una variedad de factores, es decir, son multicausales.

Las personas con algún trastorno de la conducta alimentaria pueden compartir ciertos rasgos de personalidad. En particular, el neuroticismo, el perfeccionismo y la impulsividad son tres rasgos de la personalidad que suelen estar vinculados a un mayor riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio.

Otras posibles causas incluyen las presiones percibidas por estar delgados, tener algún familiar con trastorno de la conducta alimentaria, las preferencias culturales por la delgadez y la exposición a los medios de comunicación que promueven tales ideales.

De hecho, ciertos trastornos alimenticios parecen ser en su mayoría inexistentes en culturas que no han sido expuestas a los ideales occidentales de delgadez.

Dicho esto, los ideales culturalmente aceptados de delgadez están muy presentes en muchas áreas del mundo. Sin embargo, en algunos países, pocas personas terminan desarrollando un trastorno alimenticio. Por lo tanto, es probable que sean causados por una mezcla de factores.

1. Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es probablemente el trastorno de la conducta alimentaria más conocido.

Generalmente se desarrolla durante la adolescencia o la edad adulta temprana, y tiende a afectar más a las mujeres que a los hombres.

Las personas con anorexia tienden a controlar constantemente su peso, evitar comer ciertos tipos de alimentos y restringir severamente su consumo de calorías. Suelen tener una distorsión en la percepción de su imagen corporal, incluso si están peligrosamente por debajo de su peso normal, y un miedo intenso a aumentar el peso.

Los síntomas comunes de la anorexia nerviosa incluyen:

  • estar muy por debajo del peso en comparación con personas de edad y altura similares
  • patrones alimentarios muy restringidos
  • un miedo intenso a aumentar de peso, o comportamientos persistentes para evitar aumentar de peso, a pesar de tener bajo peso
  • una fuerte influencia del peso corporal o la forma del cuerpo percibida en la autoestima
  • una imagen corporal distorsionada, incluyendo la negación de estar gravemente por debajo del peso

También suelen presentarse síntomas obsesivo-compulsivos. Por ejemplo, muchas personas con anorexia suelen preocuparse por tener pensamientos constantes sobre la comida, y algunos pueden obsesivamente coleccionar recetas o acumular alimentos.

Estas personas también pueden tener dificultades para comer en público y mostrar un fuerte deseo de controlar su entorno, lo que limita su capacidad para actuar de manera espontánea.

La anorexia se clasifica oficialmente en dos subtipos: el tipo restrictivo y el tipo de atracón y purga. Las personas con el tipo restrictivo pierden peso únicamente a través de dietas, ayuno o ejercicio excesivo. Las personas con el tipo de atracón y purga pueden comer grandes cantidades de comida o comer muy poco. En ambos casos, después de comer, se purgan vomitando, tomando laxantes o diuréticos, o ejercitándose en exceso.

La anorexia puede ser muy perjudicial para el cuerpo. Con el tiempo, las personas que viven con ella pueden experimentar reducción de la masa de los huesos, infertilidad, cabello y uñas frágiles, y el crecimiento de una capa de cabello fino en todo su cuerpo.

En casos graves, la anorexia puede provocar insuficiencia cardíaca, falla cerebral o multiorgánica, y la muerte.

2. Bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es otro trastorno de la conducta alimentaria bien conocido.

Al igual que la anorexia, la bulimia tiende a desarrollarse durante la adolescencia y el principio de la edad adulta, y parece ser menos común entre los hombres que entre las mujeres.

Las personas con bulimia suelen comer cantidades inusualmente grandes de alimentos en un tiempo específico. Cada atracón generalmente continúa hasta que la persona siente dolor por estar tan llena. Durante un atracón, la persona casi siempre siente que no puede dejar de comer ni controlar cuánto está comiendo.

Los atracones pueden ocurrir con cualquier tipo de comida, pero más comúnmente ocurren con alimentos que la persona normalmente evitaría. Las personas con bulimia luego intentan purgarse para compensar las calorías consumidas y aliviar el malestar intestinal.

Los comportamientos comunes de purga incluyen vómitos forzados, ayuno, laxantes, diuréticos, enemas y ejercicio excesivo.

Los síntomas pueden parecer muy similares a los de los subtipos de atracón o purga de la anorexia nerviosa. Sin embargo, las personas con bulimia generalmente mantienen un peso relativamente normal, en lugar de llegar a tener un peso inferior al normal.

Los síntomas comunes de la bulimia nerviosa incluyen:

  • episodios recurrentes de atracones con una sensación de falta de control
  • episodios recurrentes de conductas inadecuadas de purga para prevenir el aumento de peso
  • una autoestima demasiado influenciada por la forma del cuerpo y el peso
  • el miedo a aumentar de peso, a pesar de tener un peso normal

Los efectos secundarios de la bulimia pueden incluir inflamación y dolor de la garganta, inflamación de las glándulas salivales, desgaste del esmalte dental, caries dentales, reflujo gástrico, irritación del intestino, deshidratación severa y trastornos hormonales.

3. Trastorno por atracón

Se cree que el trastorno por atracón es uno de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes. Comienza generalmente durante la adolescencia y el principio de la edad adulta, aunque puede desarrollarse más tarde en la vida.

Las personas con este trastorno tienen síntomas similares a los de la bulimia, por ejemplo, suelen comer cantidades inusualmente grandes de alimentos en períodos de tiempo relativamente cortos, y no pueden controlarse durante los atracones. Sin embargo, las personas con este trastorno no restringen las calorías ni usan conductas de purga, como vómitos o ejercicio excesivo, para compensar sus atracones.

Los síntomas comunes del trastorno por atracón incluyen:

  • comer grandes cantidades de comida rápidamente, en secreto y hasta que la llenura causa molestias, a pesar de no sentir hambre
  • sentir que se pierde el control durante los episodios de atracones
  • sentimientos de angustia, como vergüenza, disgusto o culpa, al pensar en el comportamiento de comer en atracones
  • no usar conductas de purga, tales como restricción calórica, vómitos, ejercicio excesivo, o uso de laxantes o diuréticos, para compensar el atracón

Las personas con trastorno por atracón suelen tener sobrepeso u obesidad. Esto puede aumentar su riesgo de complicaciones de salud relacionadas con el exceso de peso, como enfermedad cardíaca, derrame cerebral y diabetes tipo 2.

Aunque existen otros tipos, estos son los más comunes. Actualmente, podríamos hablar también de una obsesión por la alimentación saludable y un malestar significativo cuando estos hábitos no pueden ser cumplidos. A esto se le conoce como ortorexia. Si bien cada vez se menciona más en los medios de comunicación y en los estudios científicos, la ortorexia aún no ha sido reconocida como un trastorno alimenticio separado, y podríamos estar hablando más bien de una relación inadecuada con la comida y con el propio cuerpo.

Las personas con ortorexia tienden a tener un enfoque obsesivo en la alimentación saludable, hasta un punto que altera su vida diaria. Por ejemplo, la persona afectada puede eliminar grupos completos de alimentos, temiendo que no sean saludables. Esto puede provocar desnutrición, pérdida de peso grave, dificultad para comer fuera del hogar y angustia emocional.

Las personas con ortorexia rara vez se centran en perder peso. En cambio, su autoestima, identidad o satisfacción depende de lo bien que cumplan con sus reglas autoimpuestas sobre su dieta.

Los trastornos de la conducta alimentaria son afecciones de salud mental que generalmente requieren tratamiento. En estos trastornos, lo que subyacen son alteraciones emocionales que la persona suele intentar regular a través de la comida.

Actualmente un tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria consiste en un abordaje desde la Nutrición y la Psicología. Si tienes un trastorno alimenticio o conoces a alguien que pueda tenerlo, busca ayuda de un profesional de la salud que se especialice en este tipo de trastornos, si buscas psicóloga en Sevilla te recomiendo a Elena Chaparro.

 

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